Y la pelota comenzó a rodar…
EL PARTIDO
Por su parte, Pep Guardiola disipó las dudas en cuanto a nombres con Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Sergio, Xavi, Iniesta, Cesc; Messi y Alexis. A priori, el dibujo escogido sugería cuatro en el fondo, otros cuatro en el medio, un enganche y un delantero puro. A partir de ahora, el movimiento y el juego de presiones marcarían la exposición definitiva.
No hubo tiempo para analizar nada porque la primera posesión del Barcelona, la pelota llegó hasta Víctor Valdés quien sólo y sin nadie apretándolo, regaló la pelota a Di María que sirvió a Özil para que rematara, rebote, balón para Benzema y red inflada con una volea sin la menor contemplación: 1-0 y todo cambiaba.
Poco a poco el Barcelona comenzó a hacer pie, sin embargo el circuito Cesc-Iniesta-Messi se encontraba poco y la fluidez culé necesitaba del pase final para empatar el duelo. El Madrid presionaba pero menos y perdía la pelota rápidamente aunque lejos de su portería. El choque navegaba en tierra de nadie mientras Cristiano se comía el segundo por no jugar con Di María y disparar desviado.
Xabi Alonso veía amarilla por reiteración de faltas sobre Leo Messi. Minutos más tarde, el Genio Silencioso encaró en vertical hacia el área merengue y regateó a tres jugadores locales para regalarle, con un pase magistral, el gol a Alexis Sánchez que se presentó en la alta sociedad con un golazo al palo largo de Casillas. Messi volvía a enmudecer al Bernabéu y Alexis se vestía del crack que todos conocemos: 1-1 y vuelta a empezar. El Barça defendía con tres, manejaba el partido y cerraba el primer tiempo atacando y siendo más que su eterno rival.
En el complemento el Barcelona siguió con el mismo dibujo, es decir defendiendo con Puyol, Piqué y Abidal e intentando llevar la iniciativa mientras el Real Madrid apostaba por el juego directo después de cada robo de balón. Ninguno de los dos traicionaba su estilo y el clásico no defraudaba a nadie.
Si en la primera parte los rebotes favorecieron a Benzema para el 1-0, a los siete del segundo tiempo y después de dos buenas jugadas del Barça, Xavi empalmó una volea desde treinta metros que golpeó en Marcelo, pegó en el palo y adentro para el 1-2. Los chicos de Pep Guardiola remontaban el duelo sin cambiar su forma de entender el juego y ante un rival de altísimo vuelo. Mou mandó a Kaká por Özil para buscar el empate y a Khedira por Lass para cambiar aire. El Madrid sufría y se mostraba quebrado en dos a pesar de un cabezazo de Cristiano, solo, afuera. Era momento para el tercero o el empate, sin matices.
Pasaban los minutos y el Real Madrid iba como podía mientras el Barcelona seguía dominando, desde la valentía, el duelo. Guardiola mandó a Keita en lugar de Cesc, agotado y goleador. El Barcelona, en resumen, volvió a demostrar todo su valor. Solidez con Puyol y Piqué, calidad y manejo de los tiempos en Busquets, Xavi e Iniesta, llegada en Cesc, explosión en Alves y magia en Leo Messi. El Barcelona fue el mejor, jugó mejor y ganó. ¿Alguien se sorprende?
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