“Seguro que el Dinamo saldrá con muchas ganas después de tantos años fuera de Europa” pronosticaban el día de antes tanto Karanka como Xabi en rueda de prensa. Y ambos dieron en la diana, porque el conjunto croata destacó en los primeros compases del partido por su agresividad y su descaro. Tanto, que incluso se puede decir que descolocó a un Real Madrid que no terminó de encontrarse en toda la primera parte. Porque al conjunto croata le duró la intimidación poco más de diez minutos, pero al cuadro hoy de rojo le duró la empanada cuarenta y cinco.
Con su once de gala, y nuevamente con un caótico Coentrao de mediocentro, el Real Madrid se atascó en la línea de tres cuartos. Dime qué mediocentro tienes y te diré qué equipo eres reza un dicho popular, y con el portugués, este Madrid es un equipo tan eléctrico como desordenado. El cuadro merengue se hizo con la posesión total del balón, pero era incapaz de someter al rival, de profundizar con cadencia ante un Dinamo que, sin estar encerrado atrás, sí que plantó muy juntas las dos líneas defensivas impidiendo así el juego entre líneas. Además, el cuadro croata se empleó concienzudamente y hasta con rudeza en las labores defensivas, apoyados por un árbitro muy permisivo.
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